


La historia comienza cuando cuatro décadas atrás Samuel López y Adela Folgueral cogen las riendas de las viñas de la herencia familiar. Estas viñas habían servido de sustento a sus antepasados por la venta de graneles y uvas a pequeños clientes de la zona.
Desde el comienzo de esta etapa se produce una transformación en la viticultura, buscando un mejor equilibrio en la producción de los viñedos, que se adapte a la creciente demanda de calidad experimentada por el nacimiento de nuevas bodegas en el entorno. Se intenta desde entonces obtener la excelencia a través de vinos procedentes de la Mencía y el Godello, las variedades autóctonas más emblemáticas del Bierzo.
Al cabo de unos años la familia consigue agrupar unas siete hectáreas de viñedo de Mencía y otras variedades autóctonas mayoritariamente en tres parajes de Valtuille de Abajo mediante compras y cambios de las fincas colindantes.
En 1993 se planta un paraje en el alto de “El toral”, finca cercana al Castro de la Ventosa, de Chardonnay y Mencía. Siendo esta la única viña en propiedad de plantación nueva y en espaldera.
Durante los siguientes años la producción se centra en una viticultura tradicional, respetuosa con el entorno y centrada en un equilibrio en la producción. Especialmente en el viñedo viejo que había sido objeto de sobreproducciones destinadas a obtener grandes cantidades para satisfacer el mercado de graneles. Se apuesta por labrar el terreno y transformar la poda para satisfacer la demanda creciente de uvas de calidad. Uvas que las bodegas del entorno necesitan para las nuevas generaciones de vinos que se lanzan al mercado.
La clientela principal se afianza en las bodegas y enólogos del entorno. Año tras año se les abastece con uvas procedentes de fincas específicas que presentan las cualidades típicas varietales y del terruño.
En el año 2013 los hijos, Héctor y Víctor, deciden rehabilitar la antigua bodega en la que el abuelo elaboraba los vinos años atrás, para comenzar con la vinificación de las marcas propias de la familia. También en 2013 se comienza con la elaboración del vino de finca “La Fontiña de Nai” como un proyecto personal. Estas pequeñas añadas de los primeros años no saldrían al mercado.
Durante los tres años siguientes se culmina la rehabilitación de la bodega y parte de la casa en Valtuille. Se equipa con los primeros depósitos de inoxidable y barricas de roble francés de 228 litros para envejecer los primeros vinos.
A partir del año 2016, se adquieren dos hectáreas de viñedo antiguo y abandonado en el pueblo de Villalibre de la Jurisdicción. Con el ánimo de recuperar el viñedo de Mencía y obtener Godello para elaborar vinos con un perfil diferente por su altitud de en torno a 900 metros con orientación sur, inclinación del 30% y suelo mayoritario de arcilla y pizarra.




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